La Terapia Gestáltica Infantil tiene una concepción del niño muy positiva, con plena confianza en sus capacidades y en su creatividad. Su principal exponente es Violet Oaklander, quien desarrolló un modelo de terapia dirigido al desarrollo saludable del niño, al funcionamiento armónico de sus sentidos y emociones, de su cuerpo e inteligencia. El niño sano ejercita tanto su cuerpo como sus sentidos para utilizarlos con habilidad; aprende a expresar sus sentimientos con congruencia, desarrolla su intelecto rápidamente y descubre el lenguaje como un medio para expresar sus sentimientos, necesidades, pensamientos e ideas.
Desde esta perspectiva, en ANANDA fomentamos la salud a través del desarrollo global y armónico de los sentidos y las emociones, del cuerpo y del intelecto. Así, el niño confía en sí mismo y en su fuerza interior, conduciéndolo hacia la autorrealización.
La terapia Gestáltica Infantil promueve la expresión y liberación de las emociones, con la finalidad de ser más consciente de ellas y aprender a manejarlas; y lo hace de una manera creativa, fundamentalmente, a través del juego y la experimentación.
En este enfoque, es de vital importancia la implicación familiar y el contexto en el que se desenvuelve el niño: escuela, grupo de iguales…
La terapia variará dependiendo del momento evolutivo en que se encuentre cada niño, pero el objetivo va a ser, siempre, ayudarle a aceptar e integrar experiencias o situaciones que le generan malestar y, así, conseguir manejarlas de un modo saludable. Puede aplicarse a cambios en el entorno familiar, a situaciones de celos, temores, separaciones, duelos, ansiedad, enuresis o encopresis, problemas conductuales…. Y, también, para mejorar aspectos como la autoestima, la inseguridad o las dificultades de relación social.